Un día en el pueblo con el COVID 19
Era un día como muchos otros en el pueblo, tristemente aburrido, pocos vehículos transitando, las mismas personas en las plazas cumpliendo felices su condena y apostando quién será el clarividente más pesimista del día.
Por otro lado, las amas de casa se broncean en las colas de los pocos comercios que tienen el sistema de biopago, para así poder rendir el dinero de los bonos otorgados por el gobierno Nacional y comprar los víveres para la dieta del día.
Los muchachos ya añoran la escuela no tanto porque le haga falta estudiar, sino por reencontrarse con sus amigos para jugar.
La internet está pesada, la luz eléctrica falla a diario sin un horario establecido, la policía anda jodiendo, no se puede jugar futbolito ni dominó, el calor está insoportable, los clubes están cerrados, ni beber alcohol se puede, , claro que hay opciones hay sus trampas bajándose de la mula con los policías.
La muerte no tiene restricciones de horario y no discrimina, pues jóvenes y adultos igualmente son invitados a su no divertida fiesta.
Hay quienes tienen muchas formas para evadirse de la casa, sin pararle bola a decreto, cuarentena y pandemia. No sé porque razón no nos gusta estar en la casa, que no se soporta a la familia, los muchachos muy tremendos, la mujer muy cuaima, que el marido no suelta el televisor, que no nos gusta el humo y mucho menos prender fogón porque no hay gas y el caracol pega corriente y no hay quien lo arregle, para rematar no hay agua. Pobrecita la casa, tanto que sufrimos por tenerla y ahora que la tenemos nos produce alergia.
Cómo dije antes, la muerte está de fiesta igual que los vecinos; alarmados vemos como van cayendo conocidos, amigos, familiares, víctimas de una enfermedad a la que negamos muchas veces. Que era invento del gobierno, lo cierto es que los hospitales están full.
La gente en el pueblo todavía desafía, supuestamente, al gobierno al no cumplir las medidas sanitarias de prevención ante un mal sin cura; no nos quedamos en casa, no usamos el tapa bocas, tampoco nos gusta la vacuna rusa porque nos pueden infectar el socialismo. La muerte anda como quiere cazando incautos.
El covid 19 llegó al pueblo y me cae tan mal como los policías porque no puedo jugar dominó.