ella entrego su cuerpo ardiente
a un amante
furtivo y pasajero,
hasta hoy desconocido.
Se entrego sin pudor
ni resistencia.
Una, dos, tres y cuarto veces
creyó tener a Dios
entre sus piernas
y voló al infinito del orgasmo
en la noche de alcohol
y sexo fácil.
que importa el que dirán
si fue feliz
que importa si mas nunca habrá de verlo
otro vendrá y hará el mandado
sin meter al amor en el asunto.
ella baila sola felizmente soltera.
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